jueves, 11 de mayo de 2017

Crítica de La sociedad gaseosa en Troa Librerías


Troa Librerías ha incluido La sociedad gaseosa entre sus lecturas recomendadas. Dice en su crítica:

“Defiendo la emoción intrínseca del saber, la cultura ante el espiritualismo prefabricado y vulgar de la autoayuda y el lenguaje estúpidamente frívolo de la postmodernidad…”. “Reclamo el derecho a disfrutar desde el conocimiento y no desde el “pensamiento mágico”.

Así clama Alberto Royo en su espléndido último libro, con su estilo elegante, irónico y provocador, pero siempre comprometido y aun esperanzado respecto al momento educativo que atravesamos, en esta sociedad gaseosa en que “flotamos”, más que vivimos.
En él trasluce el amor por su vocación de profesor de los difíciles, o sea, los de Secundaria, muy pegado al terreno, pero también su libro destila amor por su vocación de prestigioso músico (guitarrista)que le hace descubrir la belleza del conocimiento, ese que ha huido hoy de las aulas. Hoy todo es inteligencia emocional y para Royo es el conocimiento el que nos produce emoción y es a través de esa emoción como aprendemos a apreciar la belleza: adultos, adolescentes y niños. 

Para Alberto Royo las más recientes metodologías, tendencias y modas pedagógicas son una forma de diluir los contenidos disciplinares con el propósito de desvirtuar la misión del profesor y hacer más apacible la ignorancia, amparándose -para ello- en el atajo, y persiguiendo la inmediatez, la comodidad, la elusión de los obstáculos, el rechazo del esfuerzo personal, es decir, la homeopatía pedagógica.

Se edulcora la realidad, se licúan los contenidos hasta el estado de gas y se confrontan -tramposamente- dos conceptos imprescindibles en educación: tradición y modernidad. Asi está la sociedad y -deinde- la sociedad educativa. 

Royo lo sabe bien porque lo vive en sus aulas con sus chicos, por eso es tan certero su diagnóstico. Su sentido común es aplastante y su criterio pedagógico también aunque choca, claro, con la homeopatía pedagógica importada que nos inunda.

Todos sus capítulos son imprescindibles pero el lector o la lectora no pueden perderse su “defensa de Blancanieves aunque no sea lesbiana” y su capítulo “Cohen y Trump: verdad y postverdad”. Se reirán, reflexionarán y podrán formar criterio sobre la movida de la educación.

La reseña puede leerse aquí.

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