jueves, 28 de septiembre de 2023

¿Contra la cultura del esfuerzo?


No se puede estar contra el pedagogismo, pero sí contra la cultura del esfuerzo. Lo de algunos es asombroso.

"Cuando dices “cultura del esfuerzo”, dices que si alguien fracasa es porque no se ha esforzado lo suficiente", leía esta mañana. Esto es lo que hacen siempre los pedagogistas: interpretar malas intenciones en los demás, atribuyéndose a ellos mismos las buenas en exclusiva.

Primero, no entienden que las buenas intenciones no pueden servir de excusa para las malas decisiones. Segundo, el maestro que tanto presume de bondad, suele ser porque no es capaz de presumir de conocimientos.

Los defensores del esfuerzo no somos tan elementales como para atribuir el fracaso únicamente a la falta de esfuerzo, pero sí sabemos que este es imprescindible en el aprendizaje.

Que a menudo no se reconozca el esfuerzo de quien lo practica, que es algo que sucede en nuestro sistema educativo y en nuestra sociedad, no significa que debamos combatir el esfuerzo sino exigir que se recompense. Debe llevarnos a reclamar para el alumno al que no le baste con esforzarse todos los recursos necesarios para que disponga de las mismas oportunidades que los demás.

Abolir el esfuerzo no es la solución. La solución pasa por reparar el ascensor social, haciendo de aquel un factor determinante en el éxito escolar y en el progreso social. 

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