jueves, 27 de junio de 2019

Feliz verano


A punto de finalizar definitivamente el curso, me gustaría aclarar algunos puntos:

Defiendo los libros de texto y preparo mis propios materiales.

Defiendo los deberes y casi nunca mando nada para casa.

Defiendo la autoridad y trato de que mis alumnos confíen en mí; no que recelen.

Defiendo la experiencia como fundamental para enseñar e intento no dar jamás la misma clase ni explicar los contenidos de la misma forma.

Defiendo la disciplina e imparto una asignatura, la música, en la que creatividad es parte esencial.

Defiendo el esfuerzo y estoy convencido de que se puede aprender a disfrutar del aprendizaje.

Defiendo la enseñanza y no reniego de su componente educativo.

Defiendo la didáctica, imprescindible, y combato el pedagogismo.

Defiendo el dominio de la materia como principal cualidad del buen profesor y no dejo de estudiar y de formarme.

Defiendo la evidencia y entiendo que tenemos que probar estrategias distintas y experimentar, pero ha de ser una experimentación seria, controlada y reflexionada.

Defiendo el pensamiento crítico y me esmero en fomentarlo a través del conocimiento.

Defiendo la enseñanza como palanca de ascenso social y solo la veo posible desde la exigencia y la aspiración a la excelencia; nunca desde la condescendencia, las buenas intenciones o las ansias de productividad.

Defiendo la emoción y estoy convencido de que es el conocimiento el que la provoca y el que nos permite apreciar las cosas bellas.

Defiendo que saber vivir tiene mucho que ver con saber aprender. Y creo que también con saber enseñar.

Feliz verano.



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