Lo leí hace unos días, Alberto. Se te cita sin luego apuñalarte, lo cual no es poco. He escrito en mi blog un artículo (más bien una epístola) sobre el asunto. Por supuesto, defendiendo las expulsiones y explicando por qué a veces son necesarias, aunque no nos gusten. Tampoco nos gustan las inyecciones y nos benefician mucho.
Lo leí hace unos días, Alberto. Se te cita sin luego apuñalarte, lo cual no es poco. He escrito en mi blog un artículo (más bien una epístola) sobre el asunto. Por supuesto, defendiendo las expulsiones y explicando por qué a veces son necesarias, aunque no nos gusten. Tampoco nos gustan las inyecciones y nos benefician mucho.
ResponderEliminarUn abrazo, Pablo. Pasaré por tu blog.
EliminarSerás bien recibido. Otro abrazo para ti.
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