Sr. Alberto Royo. Es usted muy valiente por debatir con estos expertos o coachings educativos de nivel universitario o máster, que evidentemente conocen la realidad y las necesidades de las aulas de un instituto de manera mucho más directa que usted, cuyo bagaje se limita a veinte años de experiencia docente, haciendo siempre las mismas cosas, empeñándose en transmitir únicamente conocimiento y cultura. Sepa usted que los contenidos están todos en internet y que lo que debe hacer usted es remitir a los alumnos a estos contenidos si consideran conveniente acceder a ellos y dedicar las sesiones de clase a debates sobre cualquier tema que realmente les interese (juegos on line, cantantes de rap o de trap, youtubers, etc). Mi más sincero reconocimiento.
Buenas tardes. He podido ver parte del debate y ya me he hecho una idea de por dónde iban los tiros. Tres expertos educativos pertenecientes a diferentes plataformas de innovación educativa debatían contra el profesor Alberto Royo, cuyos únicos argumentos son su experiencia y su práctica docente. Evidentemente, los enunciados de los innovadores eran mucho más atractivos para el público y sobre todo para el moderador. Echarle la culpa de los problemas educativos a los profesores siempre tiene buena acogida y por eso es fácil decir que los profesores no se adaptan a los nuevos tiempos, que tienen que reinventarse como se dice que hacen el resto de profesionales y que creen erróneamente que los centros educativos son lugares a los que se va a aprender. Las carencias afectivas de los niños deberían resolverlas las familias, favoreciendo su socialización en los largos períodos que pasan fuera de la escuela. La escuela debería ser un lugar para transmitir conocimiento y potenciar el gusto por la cultura. En todos estos debates las palabras grandilocuentes son las que ocupan los titulares y la labor diaria de los profesores y los alumnos responsables (en gran parte responsabilizados por sus familias) quedan invisibilizadas. Un saludo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarSr. Alberto Royo. Es usted muy valiente por debatir con estos expertos o coachings educativos de nivel universitario o máster, que evidentemente conocen la realidad y las necesidades de las aulas de un instituto de manera mucho más directa que usted, cuyo bagaje se limita a veinte años de experiencia docente, haciendo siempre las mismas cosas, empeñándose en transmitir únicamente conocimiento y cultura. Sepa usted que los contenidos están todos en internet y que lo que debe hacer usted es remitir a los alumnos a estos contenidos si consideran conveniente acceder a ellos y dedicar las sesiones de clase a debates sobre cualquier tema que realmente les interese (juegos on line, cantantes de rap o de trap, youtubers, etc). Mi más sincero reconocimiento.
ResponderEliminarBuenas tardes. He podido ver parte del debate y ya me he hecho una idea de por dónde iban los tiros. Tres expertos educativos pertenecientes a diferentes plataformas de innovación educativa debatían contra el profesor Alberto Royo, cuyos únicos argumentos son su experiencia y su práctica docente. Evidentemente, los enunciados de los innovadores eran mucho más atractivos para el público y sobre todo para el moderador. Echarle la culpa de los problemas educativos a los profesores siempre tiene buena acogida y por eso es fácil decir que los profesores no se adaptan a los nuevos tiempos, que tienen que reinventarse como se dice que hacen el resto de profesionales y que creen erróneamente que los centros educativos son lugares a los que se va a aprender.
ResponderEliminarLas carencias afectivas de los niños deberían resolverlas las familias, favoreciendo su socialización en los largos períodos que pasan fuera de la escuela. La escuela debería ser un lugar para transmitir conocimiento y potenciar el gusto por la cultura.
En todos estos debates las palabras grandilocuentes son las que ocupan los titulares y la labor diaria de los profesores y los alumnos responsables (en gran parte responsabilizados por sus familias) quedan invisibilizadas. Un saludo.
Muy amable por su comentario, Sr Ochoa. En efecto, poco tengo yo que decir a un experto educativo...
EliminarUn saludo.