Algo que refleja bien la situación en Navarra y, por extensión, la de todo el país: el candidato de EH-BILDU pide un debate al candidato de UPN para hablar, entre otras cosas, "del pasado" y de "resolución del conflicto". La respuesta del candidato de UPN es que acepta porque quiere "decirles a los de BILDU unas cuantas cosas a la cara".
Lo preocupante no es que alguien que aspira a gobernar una comunidad prefiera hablar de pasado antes que de futuro o que quien compite con aquel en dicha empresa responda en un tono tan desafortunado y de tinte ciertamente macarra. Lo triste es que muchos de nuestros políticos, quiero pensar que no todos, estoy seguro de que no todos, parecen tener claro que mucho más rentable que el debate sereno, la persuasión y la confrontación de ideas es ejercer de hooligan y tertuliano. Por el bien de todos, espero que en algún lugar exista un asesor sensato que haga ver al partido de turno, al candidato de turno, que no todos estamos de acuerdo con esta estrategia y que algunos querríamos poder volver a creer en la buena política. En sus manos está.
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