Me escribía hace pocos días una
alumna de Bachillerato de un centro privado-concertado de Cataluña para pedirme
que le respondiera a unas preguntas en relación con el método “The flipped classroom”,
del que hablé hace poco aquí.
Está preparando, me contaba, “un trabajo de investigación” para saber si puede
ser (“o no”) un “buen método”. Había leído este blog (¡!) y deducido que no
estoy “muy convencido”.
Por supuesto, le contesté
que le daría mi opinión encantado. Una estudiante de Bachillerato interesada en conocer la opinión de alguien que, en principio, tiene
una valoración negativa del método sobre el que busca información y, además, me escribe con cortesía y sin (apenas) faltas de ortografía, bien merece que se le
dedique un tiempo.
Transcribo pues las
preguntas y las respuestas que acabo de enviar a M.G. y le deseo suerte en su investigación.
¿Cree que el método “The flipped
classroom” puede obtener resultados positivos o no?¿Por qué?
No lo conozco tanto como
para pronosticar si puede o no obtener buenos resultados, así que debo basarme
en lo que intuyo e interpreto a partir de las noticias que he podido leer
referidas a este método y, en este sentido, lo que puedo decir es que no
comparto los planteamientos. En primer lugar, no creo que la enseñanza, entendida
como la transmisión de conocimientos y valores universales, deba ser
reformulada, ni que toda innovación por el hecho de aportar novedad vaya a
mejorar la formación de los alumnos. En segundo lugar, pienso que son quienes
consideran que este tipo de metodologías funcionan los que deberían demostrarlo
con datos y evidencias. No parece sensato que los demás debamos aceptar que son
unas metodologías prodigiosas por una cuestión de fe. ¿Existen estas
evidencias?
¿Por qué cree que el alumno no debe ser
el protagonista de su aprendizaje? ¿No es importante que el alumno sienta que
tiene capacidad para superarse en sus resultados?
No es exactamente así. Lo
que defiendo es que las decisiones en materia académica corresponden al
profesor y que la relación entre este y el alumno debe ser vertical, es decir,
jerárquica, sin que esta jerarquía (no debería hacer falta aclararlo, pero los
tiempos obligan a hacerlo) suponga ningún tipo de opresión sino que se deriva
sencillamente de algo tan obvio como el maestro es el que sabe y el alumno el
que no. En cuanto a la segunda parte de la pregunta, desde luego que es
importante que el alumno sienta que puede superarse (siempre que esto se base
en la realidad, pues hay alumnos con mayor y menor capacidad), pero es difícil
que un alumno sienta que puede superarse cuando el sistema tiende a igualar a
todos en el punto de llegada, transigiendo con quien hace mal las cosas y
dejando de reconocer a quien las hace bien, y evitando que unos (aunque lo merezcan) destaquen sobre otros.
Veo que tampoco está muy de acuerdo con
algunas cosas de los cuatro pilares. El primero, el ambiente flexible, ¿que el
alumno decida lo que quiere hacer en la escuela en un momento determinado está
relacionado con que en casa y en cualquier otro ámbito el niño también quiera
hacer lo que le apetezca o se pueden separar los estudios del resto de
actividades?
No, los ámbitos familiar y
académico son distintos. Pero pienso que en ninguno de ellos debe ser el alumno
(o el hijo) el que decide, sino el adulto (el maestro, el padre). Fundamentar
la enseñanza o la educación en que el niño, el alumno, el menor, haga "lo que le
apetezca" me parece un punto de partido erróneo, cómodo "a la corta" pero peligroso y perjudicial "a la larga".
En el segundo y tercer pilar habla de los
contenidos, el niño no tiene grandes conocimientos del tema pero a partir de un
vídeo y otros recursos que evidentemente el profesor le da, ¿cree que el niño
no es capaz de realizar actividades y dialogar con su profesor y el resto de
alumnos para profundizar en el tema que se está trabajando?
El vídeo, como bien dices,
es un recurso. Uno más. La principal herramienta de un docente sigue siendo la
palabra y su cualidad fundamental, el conocimiento. Que el alumno realice actividades o
dialogue con sus compañeros sobre lo que se está tratando en clase no es algo
novedoso. Se ha hecho toda la vida. Venderlo como innovador es casi fraudulento.
El método “The flipped classroom” está
estrechamente relacionado con la tecnología, este no cree que es un modelo a
seguir pero ¿cree que se debe utilizar algún modelo que sí utilice la
tecnología o enseñar de manera tradicional? ¿Por qué?
¿Qué significa “enseñar de
manera tradicional”? La enseñanza, ya lo he dicho, es una actividad tradicional.
La tecnología puede ser un buen apoyo. Enseñar "a la manera tradicional" no es incompatible con el uso de la tecnología. No reniego de la tecnología (sería absurdo)
sino de la postración del docente ante ella.
Por último, cree que “The flipped
classroom” o algún otro método relacionado con la tecnología podría ser
aplicado a la educación infantil? ¿Les serviría a los niños o no aprenderían?
La etapa en la que yo enseño
es la Secundaria, así que debo referirme a ella. Es probable que determinadas
metodologías puedan aportar más en etapas tempranas como la Infantil que en posteriores niveles pero, en
general, opino que se está orientando la educación en un sentido equivocado al confundir
las prioridades (por ejemplo, la necesaria socialización no puede enterrar al aprendizaje, ni siquiera en Infantil) y pretender eliminar aspectos tan básicos como la ya mencionada
verticalidad entre maestro y discípulo o la imprescindible apelación al
esfuerzo individual del alumno, que no debe ser el eje del sistema educativo
sino el destinatario y también el principal responsable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario