Yo sé que no lo consigo. Pero nadie me va a convencer de que no es
una aspiración respetable la de buscar un punto medio entre los extremos. Y
como en este país (y también en cada uno de los diferentes territorios que lo
conforman -digo territorios para no tener que distinguir entre naciones,
comunidades, regiones o como quiera que cada uno prefiera llamar al lugar en el
que nace o pace -a mí me la trae al pairo-) andamos siempre a garrotazos, hoy
he vuelto a ejercitarme en el noble arte de la mesura, imagino que con éxito
también moderado. A día de hoy, en la educación navarra, recordando al "gran" Torrebruno,
tigres son tigers y leones son leohiak. No
hay más opción que estas dos para un profesor en Navarra. O no la habrá dentro
de nada. Les pondré en antecedentes:
El actual Gobierno de Navarra propone una Oferta Pública de Empleo
para la enseñanza que contempla más del 70% de las plazas en euskera. Para que
no falte la guinda del pastel, los tres sindicatos nacionalistas, ELA, STEILAS
y LAB, proponen (y el Consejero se deja querer, el muy zalamero) unificar las
listas de contratación para que los candidatos
de euskera puedan acceder también a las de castellano ("lo mío para mí y
lo de los demás lo repartimos"). Reflexionemos.
Negar que el anterior Gobierno de Navarra, de UPN, no era
precisamente impulsor del euskera y que encontró en el dogma
plurilingüe el arma
idónea para reducir su demanda y, por lo tanto, la matrícula en el
Modelo D (enseñanza totalmente en euskera, salvo
la asignatura de lengua castellana), es absurdo. Tan absurdo como
sorprenderse de que el actual Gobierno, formado por Geroa Bai, Eh BILDU,
Podemos-Ahal Dugu e Izquierda-Ezquerra, que en el Acuerdo Programático
firmado el pasado verano dejaba bien clarito (ojo, dentro del apartado
"Pluralidad y convivencia") que el objetivo no era otro que conseguir
"una Navarra plural, abierta, euskaldun y orgullosa de sus dos
lenguas". Por si alguien no se ha percatado, la Navarra "abierta y
plural" de la que se habla en el documento excluye a los
castellanohablantes, puesto que euskaldun significa vascohablante.
Curiosa manera de enorgullecerse de dos lenguas, una de las cuales ni se
nombra. ¿Es posible una Navarra abierta y plural pero euskaldun? Lo dudo. Si es
abierta y plural, estará tan orgullosa de un idioma como del otro, digo yo. Así
que entre ponte bien y estate quieto, entre el "quevienenlosvascos" y
la "normalización lingüística", entre el bombín y la txapela, los
docentes plebeyos, los que nos manejamos en inglés pero tenemos la decencia de
no decirnos bilingües, los que no hablamos euskera porque hemos venido de una
comunidad vecina para ganarnos honradamente el pan y, sobre todo, a los que
nadie nos exigió ni una cosa ni la otra cuando accedimos por oposición a la
función pública, nos encontramos con que nuestras posibilidades de mejorar
mínimamente nuestras condiciones de trabajo (que se limitan a conseguir un
destino un poco menos malo del que tenemos) se han reducido a la mínima
expresión y empezamos a sentirnos casi en riesgo de exclusión docente. Y es que
uno empieza a temer por su futuro. ¿Se nos obligará a identificarnos con algún
distintivo para que no haya dudas de que somos unos míseros profesores que
enseñamos nuestra asignatura en castellano, no en inglés ni en euskera? ¿Se
marcarán nuestras casas, nuestras ropas? ¿Se nos reservarán apartados en los
bares y restaurantes, en los medios de transporte, para no mezclarnos con las
clases superiores? Eso quienes estamos dentro (mientras Marina
no decida sacarnos, al menos). Pero, ¿y los interinos?
¿Y qué piensa de todo esto nuestra clase política?
UPN, con los cuchillos bien afilados desde que pasó a la
oposición, se encuentra enrocado en el "¿lo veis? ¿lo veis?" y en el
"ya os lo decía yo" (y no
les falta razón, que conste), y pide el cese inmediato del Consejero, al
tiempo que avisa de los tremendos estragos que causará en las próximas
generaciones el posible replanteamiento de los programas de aprendizaje en
inglés. El PPN, en las mismas.
El PSN, aunque también obcecado con la supuesta panacea del
inglés, rechaza ambas medidas del Gobierno y se muestra bastante beligerante en
la defensa de la sensatez (nunca es tarde si la dicha es buena).
EH BILDU (esperen, que esto es genial) admite que las "formas
han dejado que desear", que es lo mismo que reconocer que podían haber
disimulado un poco.
Geroa Bai habla de los recortes del PP (manzanas traigo).
Podemos dice que la OPE no mola, pero que a ver, que igual si eso
la podríamos apañar y que debe haber consenso pero que si no, pues oye. O algo
parecido.
Izquierda-Ezquerra, en esta ocasión más que coherente, pide una
rectificación y una OPE "equilibrada" que no se apoye en una
"posición muy minoritaria del Parlamento: la de "los grupos
nacionalistas" (la Junta de Portavoces
del Parlamento de Navarra aprobó una declaración
institucional por la que pedía al Gobierno foral que
"reconsiderase" la Oferta Pública de Empleo).
No sé si la OPE se mantendrá (temo que sí), si la lista única
saldrá adelante (temo -más- que también). Lo que más me preocupa es que sigue
siendo impensable que un Gobierno gestione asuntos como la enseñanza, tan
importantes, de forma imparcial. No hace falta consenso. ¿Qué consenso pueden
alcanzar partidos tan dispares como los que conforman el Gobierno a la hora de
"pensar la educación"? No se pondrían de acuerdo en prácticamente
nada. Pero no es lo fundamental. Lo que sí debe haber es voluntad de aplicar
criterios exclusivamente técnicos en cuestiones cruciales como la OPE y
criterios justos y meritocráticos en la gestión de la listas de contratación.
Ha de haber planificación, estudio, análisis de necesidades y búsqueda de
soluciones. Nada más. Y, por lo visto, nada menos.
Es lo que tiene levantarse aristotélico.
ResponderEliminarLa distinción entre potencia y acto no conlleva más que un sinvivir.
Saludos.
Va a ser eso...
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