miércoles, 14 de junio de 2017

"Confíen en los profesores". Columna en ABC


Carlota Fominaya me pidió una breve columna para ABC, en relación con la importancia de las notas. Se publica hoy y puede leerse aquí. A continuación, el texto:
«Confíen en los profesores», opinión del profesor y musicólogo Alberto Royo.
Nadal gana su décimo Roland Garros y nadie le acusa de segregador o poco inclusivo. Se le reconoce pundonor y capacidad de sacrificio, pero se le considera uno de los mejores deportistas de la historia porque, además de esforzarse, gana. Elogiar sus logros no supone despreciar a tenistas sin su palmarés. En la enseñanza, sin embargo, nadie puede destacar, y reclamar esfuerzo revela, en opinión de algunos, que el ámbito académico es un medio «hostil» para nuestros alumnos, cuando es todo lo contrario: el lugar en el que podrán encontrar el conocimiento y educarse. El «bienestar» de los estudiantes parece ser la prioridad absoluta y, obviamente, hacer exámenes no es lo más «placentero». Quieren vender que calificar es propio de sádicos despreocupados de los alumnos menos capaces. Desde el Ministerio de Educación se busca la manera de llamar aprobado al «casi aprobado», en Cataluña se considera menos traumático el «no logrado» que el «suspenso», los chamanes y gurús pedagógicos insisten en que un examen solo sirve para «vomitar información» y los profesores nos vemos obligados a defender nuestra profesionalidad. La calificación que un profesor asigna a un alumno no se basa solo en una prueba, sino que tiene en cuenta muchos otros factores. Y tiene un único propósito: valorar su grado de aprendizaje. Sospechar que nuestra intención es otra que premiar a quien lo merece, advertir sobre su falta de empeño a quien demuestra no haberse esmerado todo lo que podía, y detectar las dificultades de quien necesita un apoyo que al más dotado no le hará falta es, sencillamente, desconfiar del profesor y de la enseñanza.

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