Ingredientes:
Un profesor que
sepa y quiera enseñar.
Unos alumnos
(pocos, a ser posible) que puedan y quieran aprender.
Consejo para
la elaboración:
Antes de proceder
al emplatado, asegúrese de haber separado cuidadosamente los conocimientos de
la comprensividad, el paternalismo y la burocracia.
Durante los cinco primeros años se podría prescindir de todo ingrediente referido a condiciones materiales (habitáculo y mobiliario adecuados) poniendo todo el empeño en impedir la presencia de sustancias tóxicas contaminantes: comprensividad, paternalismo, burocracia, buenismo bobalicón, buen rollito corporativo, el "no estamos tan mal"... y cualquier otra forma de manifestación del infantilismo degradado y degradante que reina en nuestros centros dizque de enseñanza. Después se iría mejorando.
ResponderEliminarPues también es verdad...
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