jueves, 7 de abril de 2016

A Sevilla


A Sevilla le echo los requiebros
que te echo a ti. Se ríen,
mirándola, estos ojos que se ríen
cuando te miran.

Me parece
que, como tú, llena ella el mundo,
tan pequeño y tan mágico con ella, digo,
contigo, ¡tan inmenso,
tan vacío sin ti, digo, sin ella!
¡Sevilla, ciudad tuya,
ciudad mía!

(Juan Ramón Jiménez. Diario de un poeta recién casado, 1917)

En poco más de dos semanas visitaré Sevilla. El día 22 de abril, invitado por la Asociación de Profesores de Instituto de Andalucía, participaré en una conversación con Pedro Molino, pedagogo y docente en la Universidad de Padres de José Antonio Marina. El título de esta jornada de debate es: La necesidad de una nueva ley. ¿Educar o enseñar?, un asunto sobre el que, seguro, tendremos mucho que discutir. Será en el histórico Instituto San Isidoro (en la Calle Amor de Dios), el que durante años y hasta 1933 fuera el único de la ciudad de Sevilla, un centro en el que estudiaron ilustres como Luis Cernuda o Severo Ochoa.



Al día siguiente, el 23, Día del Libro, a la siete de la tarde, tendrá lugar la puesta de largo en Sevilla de Contra la nueva educación. El lugar, Librería Beta, una tienda-café ubicada en un edificio singular situado en los números 26 y 28 de la calle Sierpes. Tendrá la amabilidad de presentar el libro Margarita González Ortiz, Catedrática de Física y Química y persona comprometida como pocas con la educación pública.

Volvamos a Juan Ramón. Quién mejor que él para hacer boca ante un viaje que promete. Uno piensa en Sevilla y en esta época del año y se acuerda de las Baladas de Primavera del poeta, como la bellísima Balada triste del pájaro lejano:

Canta, pájaro lejano...

(¿En qué jardín, en qué campo?)

Yo, mientras ¿no me levante?
En la penumbra del cuarto
brilla el piano cerrado,
Sueñan los pálidos cuadros…

Por mí, pájaro lejano.

Sobre el río habrá un ocaso
de espejos de mil encantos,
saltará un alegre barco
entre la luz de los álamos…

Canta, pájaro lejano.

En el huerto, los naranjos
se dilatarán de pájaros,
el azul irá cantando
en el agua del regato…
Por mí, pájaro lejano.

Tú, pinar, hondo palacio,
detendrás el viento plácido,
el mar entrará oleando
entre los adelfos blancos…

Canta, pájaro lejano.

Yo no me decido. Vago
por la penumbra del cuarto.
Zumba el piano cerrado,
viven los pálidos cuadros…

Por mí, pájaro lejano…

(¿En qué rosal, en qué árbol?)






Y, puesto que hablamos de requiebros, no dejemos de recordar a mi compatriota Francisco de Goya, cuyas pendencias, amores y requiebros inspiraron a Granados (de cuya muerte se cumple el primer centenario) la jota que este incluyó en Goyescas y cuya fantasía y colorido, sus trinos y arabescos, nos evocan a Scarlatti, al Padre Soler y, por qué no, a la propia Sevilla.

5 comentarios:

  1. Seguro que será una experiencia que no olvidarás.
    Suerte.

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  2. La verdad es que Sevilla es bonita en cualquier época del año. Pero en primavera es como una flor que florece.

    La librería Beta es un lugar fabuloso para soñar.

    ¡Feliz estancia en Sevilla!

    Saludos.

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    Respuestas
    1. Muchas gracias, Tania. Será una estancia demasiado corta, pero seguro que intensa.Un saludo.

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  3. El reto es fabuloso para mí,espero saber condensar los miles de contundentes pensamientos que acuden a mi cerebro tratando de dar luz en lo que siempre me ha comprometido: LA ENSEÑANZA.

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