viernes, 1 de febrero de 2013

Es la lucha de clases. Juan José Millás.


De acuerdo con algunos expertos, resulta imposible en la actualidad estar bien informado, incluso informado a secas. Una conclusión terrible, no menos dura, por ejemplo, que la de que es imposible estar despierto. Imaginemos eso, que un grupo de investigadores de la Universidad de Harvard descubriera, tras rigurosos estudios, que la humanidad duerme irremediablemente desde hace siglos. La hipótesis, dadas las características de la realidad, que son las de una pesadilla, es verosímil. Resulta más difícil explicar cómo, en un mundo de soñantes, un grupo de investigadores permanece despejado.

No sabemos si estamos despiertos o dormidos, en fin, pero la desinformación, desde luego, es total. Y cuantos más telediarios y más programas de debate nos tragamos, o más se multiplican los datos en la Red, mayor es nuestra ignorancia sobre la realidad. Hay un dicho según el cual los peces no conocen el agua porque están rodeados de ella. Nosotros no estamos informados porque vivimos rodeados de noticias. A mayor número de noticias, mayor es nuestra ceguera. Ello dificulta saber dónde se encuentra la verdad y nos impide actuar en consecuencia.

En la fachada de un instituto de enseñanza media cercano a mi domicilio, han escrito esta noche, en grandes caracteres, un lema que reza así: "NO ES UNA CRISIS, ES LA LUCHA DE CLASES". He ahí una información parcial. Si te la encuentras al salir a comprar el periódico y no has vivido lo bastante como para saber que una frase, aunque sea compuesta, no puede contener toda la realidad, a lo mejor te la crees y encuentras una salida a tus dudas políticas. Un poco más allá, hay otro grafiti, según el cual "NO ES UNA CRISIS, ES UNA ESTAFA". Ambas afirmaciones, siendo ciertas, resultan parciales. Te compras cuatro periódicos para intentar completarlas y, curiosamente, las descompletas. No es posible estar informado. Quizá tampoco sea posible estar despierto. Pero lo cierto es que unos sueñan en camas de lujo y otros entre cartones de embalaje. Tal vez, pues, lo de la lucha de clases y lo de la estafa expliquen más de lo que parece a simple vista.

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