Ahora sí. Parece que no hay mucho
más que rascar en este turbio (pensábamos) asunto de las dietas, las reuniones dobles y los
créditos para amiguetes y miembros de la famiglia. La juez ha archivado definitivamente
la causa.
Es momento de reconocer el error
y pedir disculpas a todos aquellos cuyo honor ha sido mancillado y a quienes no
nombraré para no cometer el error de dejarme a nadie y permitir así que mis disculpas se
hagan extensivas al conjunto de honrados políticos forales afectados por esta
situación tan desagradable, pues yo soy uno de los que no creí en su honestidad hasta que la verdad se ha abierto paso.
“Algunos confunden ética con estética”,
ha dicho el ex-presidente navarro. “Se ha llegado a confundir torpeza con corrupción”,
ha añadido.
Es lo que tiene no querer afrontar una
reforma en profundidad del sistema educativo, que al final los ciudadanos nos volvemos todos gilipollas.
No me queda sino recuperar la
canción del gran Krahe, que me dedico a mí mismo y a mis conciudadanos. Por eso: por gilipollas.
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