Hablaba Serrat de “aquellas pequeñas cosas”. Como en la canción, la exigencia de un sistema de concesión de comisiones de servicio que no atente, como el actual, contra los principios de transparencia, igualdad, mérito y capacidad es una de esas "pequeñas cosas" cuya consecución es más importante de lo que pueda parecer. Perseguir este objetivo ha sido una constante en la lucha sindical de la Asociación , una lucha en la que uno adolece de evidente falta de vocación que trata de compensar con el convencimiento de que “algo hay que hacer”.
No resulta nada sencillo cambiar las cosas, menos aún aquellas asentadas desde tiempos inmemoriales y cuyo mal funcionamiento ya ni se cuestiona porque “siempre se ha hecho así”. Es el caso de las comisiones de servicio que de forma arbitraria y desvergonzadamente digital se vienen concediendo cada curso escolar.
En numerosas ocasiones he denunciado esta situación abusiva e inaceptable. Hablé de ello en un artículo titulado “¿Crisis de identidad en los profesores?” en el que aludía a la gran tela de araña en la que todo está perfectamente tramado (perfectamente no en sentido literal, pues poco tiene de bondad o excelencia esta red sino, más bien, de urdimbre de intereses hábilmente confeccionada). Esa tela, elástica y resistente, en lugar de estar compuesta por moléculas o cadenas de aminoácidos, lo está por amiguetes, “expertos pedagogos”, “funcionarios” por libre designación y demás especies.
No sé si esta insistente demanda se encontraba, por seguir homenajeando a Serrat, “en un rincón, en un papel o en un cajón” del Departamento, pero el caso es que, de forma sorpresiva, he de reconocerlo, algo que creí se quedaría en impertinente denuncia puede terminar convirtiéndose en una pequeña victoria: ayer, en la Mesa Sectorial , la Administración planteaba unas cuantas de las medidas que llevamos tiempo solicitando desde la Asociación de Profesores en relación con las comisiones de servicio: la limitación del número de comisiones de carácter “organizativo”; el establecimiento de un plazo para este tipo de comisiones y la liberación de las plazas que los docentes en comisión de servicios no ocupan para permitir su oferta al resto del profesorado; la oferta de estas plazas en convocatoria pública y abierta a todos los funcionarios; la implantación de unas pruebas específicas para su asignación; la necesidad de justificar el proyecto o programa específico antes de su puesta en marcha; la obligatoriedad de descripción de las características de las plazas que se convocan.; la disposición de los requisitos que se requerirán a los aspirantes; y, por fin, la información sobre el sistema de selección (presentación y defensa de una memoria o proyecto relacionada con las funciones de la plaza a la que se opta, de carácter eliminatorio para quien no supere la mitad de la puntuación asignada al mismo) y de los órganos de selección.
No se ha conseguido todo, pues faltan dos importantes reclamaciones: primera, la supresión de proyectos inútiles y/o ridículos que nada tienen que ver con el ámbito académico (“pentacidad”, “educación responsable”…) y, segunda, la “racionalización del gasto” en lo relativo a los numerosísimos cargos “de confianza” dentro del propio Departamento (o sea, la supresión de este tipo de cargos o su oferta, en las mismas condiciones que el resto y previa justificación de su imperiosa necesidad), que debería ser la siguiente etapa para avanzar hacia la imprescindible transparencia que debe existir en la Administración Pública. Con todas las reservas, lo importante es que hoy todavía se conceden muchas comisiones de servicio por motivos organizativos sin regularización, transparencia o criterio alguno. Una vez aprobado el proyecto de Decreto Foral, esto no podrá seguir haciéndose.
Enhorabuena, Alberto. Por cierto, ¿la Asociación de la que hablas es APS?
ResponderEliminarMe sumo a la enhorabuena, Alberto. La grandeza de una victoria no radica en su siempre relativo tamaño -grande o pequeña-, sino en la dirección hacia donde apunta y en la medida que suponga un punto de inflexión. En este sentido, la vuestra es una gran victoria. Precisamente porque es de "aquellas pequeñas cosas" que pueden marcar futuros derroteros. Enhorabuena a todo APS-Navarra y ánimos. Sólo estamos empezando...
ResponderEliminarEnhorabuena a APS-Navarra y, en especial, a ti, Alberto. Conseguir que la apisonadora administrativa te de la razón en algo es, sin duda, un triunfo con mayúsculas. No obstante, (ya sabes que siempre tiene que haber un aguafiestas en todas partes) nada de bajar los brazos o cejar en el empeño, que el asunto este de los "camisones" de servicio es un chollazo para que muchos perezosos y jetas no le peguen un palo al agua (ya vendrán después los paniaguados pedagogós y politicuchos a decir que los profes que sudan la gota gorda son unos vagos). Ánimo y a seguir así.
ResponderEliminarGracias a los tres. Sí, Pablo, es APS (Asociación de Profesores de Secundaria de Navarra).
ResponderEliminarYo también lo veo así, Xavier, en el poco tiempo que llevamos por aquí metidos en el barro sindical ya nos hemos dado cuenta de lo difícil que es cambiar algo, así que todo lo que se avanzar, mucho o poco, debemos valorarlo como tal. Ahora, a ver si es posible mejorar el borrador y ampliarlo. En ello estamos.
Manuel, imposible bajar los brazos. Se ha conseguido una regularización que era imprescindible pero falta mucho, especialmente que esto se aplique a los cargos de confianza, de lo que, muy cucos ellos, no han dicho ni mú.