Año tras año, el Departamento de Educación presenta la ya tradicional
“convocatoria
para la constitución de relaciones de aspirantes al desempeño de puestos de
trabajo docentes de nivel o grupo A, en situación de servicios especiales para
la formación”. Y tan especiales, habría que decir. Porque, primero, se ofrecen
en exclusiva al cuerpo de maestros y, segundo, de formación tienen poco. Los servicios especiales para la formación no
pretenden incrementar la capacitación profesional de los docentes de nivel B.
Son, sencillamente, un acceso encubierto al nivel A que permite que docentes
que aprobaron oposiciones de Primaria impartan clase en Secundaria
durante 6 años prorrogables a 10, sin haber superado la oposición al Cuerpo de
Profesores de Secundaria.
La cosa no acaba aquí. Al maestro que decide acceder a Secundaria
mediante este subterfugio le basta con tener una licenciatura “en lo que sea”
pues, caso de no tener “alguna de las titulaciones concordantes”, se le
“habilitará” mediante una “prueba de conocimientos” consistente en dos
“mini-pruebas” (desarrollo por escrito de un tema y resolución de un supuesto
práctico). En relación con este asunto, hay una cosa clara: si aquel
que no está en condiciones de acreditar, pongamos, la Licenciatura en Filología Clásica para impartir Latín,
está obligado a realizar una prueba, se entiende que el Departamento considera
imprescindible la demostración de los conocimientos del aspirante. Por lo
tanto, no tiene sentido llevar a cabo este simulacro de oposición sino invitar
al docente de Primaria poseedor de una Licenciatura a opositar a Secundaria (ya
saben, por aquello del mérito, la capacidad, la excelencia, la calidad, etc).
Determinado que esta convocatoria no tiene que nada que ver
con la formación y todo con la promoción, volvamos a la exclusividad. Es
habitual en políticos y tertulianos la confusión entre “derecho” y
“privilegio”. El primero, según la
RAE , se define como el “conjunto
de principios y normas, expresivos de una idea de justicia y de orden, que
regulan las relaciones humanas en toda sociedad”. El segundo, según la
propia RAE, es “la exención de una obligación o ventaja exclusiva o especial
que goza alguien por concesión de un superior o por determinada circunstancia
propia”. Para entendernos, la libertad de cátedra es un derecho; los servicios
especiales para la formación son un privilegio. ¿Cómo evitar que lo sea? Se me
ocurren dos maneras, que no son excluyentes: la supresión de este sistema
encubierto de promoción para funcionarios de nivel B y la creación de una vía
de acceso a la Universidad
para los profesores de Secundaria, además de la convocatoria de cátedras. Y
hablo de una convocatoria de cátedras mediante oposición, nada de concursos de
méritos, mini-pruebas o sucedáneos, una oposición que sirva de filtro eficaz
para que quien adquiera la condición de Catedrático lo haga por méritos propios
y de forma justa y legítima.
Alberto, amigo, esto es viejísimo e indignante, y me duele decirlo a mí, que empecé ejerciendo en EGB, estuve en ese nivel 9 años y, después (la ley obligaba a estar 8 años de maestro para ello), me presenté a las oposiciones de secundaria y las saqué. Conozco, pues, el cuerpo de primaria (antes EGB) y sé que hay en él excelentes profesionales, por lo que me duele mucho ver cómo se involucra el magisterio en los enjuagues urdidos entre los burócratas y ciertos sindicatos que, para más inri, anatemizan a los demás llamándolos corporativistas mientras ellos se presentan al mundo vestidos con la túnica de la pureza, pues son (arrodíllate, hereje) Sindicatos de Clase. Estos sindicatos llevan años con propuestas o acciones que, ciertamente, favorecen a algunos maestros (los de su cordada) con cholletes materiales de esos que están encanallando a la enseñanza en particular y al país en general, pero envilecen y adormecen al magisterio y son medidas que no benefician nada al servicio que prestamos, o incluso lo perjudican. Te enumero algunas cosas:
ResponderEliminar1.- Durante años estuvieron machacando con la fábula aquella del cuerpo único, porque, claro, a fin de cuentas, todos éramos compañeros docentes. No obstante, a los licenciados que entrábamos a ejercer en EGB, había algunos que nos censuraban "por estar robando un puesto" a algún titulado de magisterio. Esto lo he vivido. Y en la actualidad, han llegado al anhelado blindaje del oficio: ya solo los titulados en magisterio pueden optar a puestos de primaria: ¿dónde está el famoso cuerpo único?
2.- Llegó luego ese catálogo de aberraciones conocido con el nombre de LOGSE. Hay malas lenguas que dicen que uno de sus mayores disparates, sacar a los chicos de 7º y 8º de la primaria y meterlos en los IES, no obedeció a razones pedagógicas, sino a presiones de gente de EGB que buscaba con ello una espita para acceder a la también anhelada jornada continuada. Me lo creo.
3.- Otra enormidad de la LOGSE: proponía un periodo transitorio para que los profesores no licenciados se incorporasen a los IES, después del cual (no sé si eran cinco o diez años), ya no se podría entra sin licenciatura y creo que sin oposición. Eso se ha incumplido. ¿Por qué? Porque muchos de los que querían dar el salto, sin embargo, encontraban muy incómodo eso de enfrentarse a libros y tribunales: resultó más eficaz presionar y dejar abierto el coladero. Nótese, sin embargo, que esto no era muy acorde con las ansias de calidad de la enseñanza que aquí tanto proclamamos.
4.- El colmo del corporativismo fue ya un complemento que las administraciones (otra vez, por presión sindical) se sacaron de la manga y que se daba solo a estos profesores que habían entrado desde primaria y sin hacer oposición (y algunos, sin ser licenciados) y daban solo lo único que podían: 1º y 2º de ESO. Se les daba aduciendo que eran puestos de difícil desempeño. Contra esto recurrimos algunos en los tribunales, gente como yo, que ha estado dando en algunos cursos 2º de ESO (ese curso de tan difícil desempeño) a la vez que 2º de bachillerato (esa tontería para la que, por cierto, los profesores que reciben el complemento del que hablo no tienen las titulaciones adecuadas). ¿Se entiende una aberración así? Estos recursos en algunas comunidades han prosperado, pero en otras, no. Este complemento es una muestra clara de cómo funciona este país: los sindicatos presionan en favor de los que menos se han preparado y la Administración cede. Meritocracia pura, vamos.
Sé que me estoy extendiendo mucho pero quiero concluir:
ResponderEliminarSon, como ves y creo que ya sabías, muchas cosas, por lo que estoy contigo al cien por cien en lo que dices en este artículo: no se puede tomar al asalto la prestación de un servicio público y someterla a la conveniencia de un colectivo bien organizado para... obtener cholletes en beneficio propio. Eso es un engranaje más de la corrupción que padecemos. ¿Te extrañarías de ver en manifestaciones contra los recortes, la corrupción y demás a un buen puñado de profesores de estos agraciados con "servicios especiales"? Yo, no. Son cosas que ayudan a entender lo que pasa hoy en España. Perdona que me haya alargado tanto.
Totalmente de acuerdo con el espíritu de lo que dices, Alberto. En el gremio docente nunca ha habido relaciones simbióticas, sino más bien parasitarias y el binomio Maestros-PES es un buen ejemplo de ello. Si no tienes nada mejor de lo que morir, te ofrezco mi colaboración para escribir un libro (hay que resumir mucho, porque el tema da para una enciclopedia) sobre la diferencia en trato profesional que han recibido ambos colectivos (siempre uno en detrimento del otro). Menudo best-seller...
ResponderEliminarSe lo podemos proponer a la editorial con la que publica María Acaso, "la de las lechuzas", que diría Xavier...
EliminarPablo, aunque me imagino que está claro, por si alguien lee la entrada y tiene alguna duda, mi crítica no se dirige a los maestros como colectivo sino a estas puertas traseras y a los sindicatos de clase que, como bien dices, han conseguido este tipo de privilegios que los maestros que trabajan en Primaria son los primeros en repudiar. Lo del cuerpo único ya se escucha poco, pero porque en realidad se está consiguiendo de facto (los grados son un ejemplo; otro, la mezcla de perfiles y el desprecio a la especialización -o sea, la intención nada oculta de convertirnos en generalistas-; y otro, la infantilización de chavales que ya se afeitan; todo ello supone, en la práctica, la implantación de un cuerpo único). En fin, no me voy a extender porque estoy de acuerdo en todo lo que dices. El complemento específico de secundaria fue una de las gotas que colmó el vaso aquí, en Navarra, allá por 2006. Entonces comenzó la resistencia "foral" que ya tenía antecedentes en otras comunidades.
ResponderEliminarAl contrario, Pablo, gracias por tus comentarios.