No soy yo de los que tardan décimas de segundo en
resucitar a Franco para criticar al Gobierno del PP. Es más, lo considero un
recurso entre facilón y cutre. Tampoco de los que deslegitiman a este
partido por sus antecedentes, un partido que no puede tacharse de franquista desde
el momento en que transitó, como otros, por el camino de la democracia y por el
hecho, irrefutable, de que Franco ya no vive y luchar contra alguien que lleva
más de treinta años muerto no parece lo más racional. Ahora bien, hay ocasiones
en que uno no puede evitar recordar tiempos pasados cuando algunos de los gerifaltes
populares destapan el tarro de las esencias, confirmando la teoría de que no
siempre explicar una mala decisión convierte esta decisión en buena, sino puede
que todo lo contrario. Por ejemplo, cuando alguien sorprende a su pareja in flagranti delicto (no hace falta
especificar cuál es el delicto al que
me refiero), no es aconsejable que esta (o este) acuda a respuestas como “no es
lo que parece” o “puedo explicártelo”. De manera similar, cuando un Ministro de
Educación, con la excusa de salvaguardar las materias que considera pueden
mejorar la estadística de fracaso escolar sin tocar otras que por ideología
deben permanecer en el currículo llueve, nieve o granice, y encajando como sea
las nuevas modas pedagógico-liberales (léase Educación Financiera, Cultura
Emprendedora o Educación Emocional), margine de forma inmisericorde asignaturas
como la Música, la Plástica o la Filosofía, sería razonable que lo hiciera al
menos sin explicación posterior porque uno siempre prefiero el robo a secas que
el robo con intimidación y por supuesto que el robo con agresión. Dicho de otra
manera: róbeme usted la cartera pero, si no es mucho pedir, no me zurre. O:
cárguese mi asignatura pero no me lo restriegue por la cara. Porque sí, eso es
lo que ha hecho nuestro sheriff
demoscópico, el Sr Wert: primero fulmina las asignaturas antedichas y
luego, con evidente afán de meter el dedo en el ojo, dice que es que tales
materias “distraen”, que no es por molestar a nadie sino por nuestro bien y el de
los chicos. “No eres tú”, nos dice Wert, “soy yo”. No eres tú el que decide; soy
yo. No eres tú el que se ríe; soy yo. Y a carcajadas. Y aquí es donde surgen
las peores asociaciones mentales y no hay forma de esquivar la tan manida
alusión a lo que el progre de manual denomina “el ADN franquista del PP”. Es difícil no relacionar la
justificación que el Ministro hace de la amputación de los aspectos artísticos
y filosóficos del currículo con aquel eufemismo que se utilizaba en tiempos de
Franco (una época en la que los señores hablaban de moralismo mientras
frecuentaban las casas de citas) para denominar a las prostitutas: “mujeres de moral
distraída”, las llamaban. Entonces, incluso pintarse se consideraba propio de
una “mujer de moral distraída”. No sé si van por aquí los tiros, si el Ministro
entiende que puede ser moralmente peligroso pensar, dudar, discutir, escuchar o
interpretar música, dibujar, pintar…si esto puede ser moralmente perjudicial
para “sus” ciudadanos (fe de erratas: donde dice ciudadanos, debe decir “súbditos”).
“Un poema, una sinfonía, una pintura, una verdad
matemática, un nuevo hecho científico, todos ellos constituyen en sí mismos la
única justificación que universidades, escuelas e institutos de investigación
necesitan o requieren”, decía Nuccio Ordine en “La utilidad de lo inútil”. Así,
sin despreciar las materias que para este Gobierno son importantes por su “utilidad”
o por no tener el defecto de la distracción, defendía Ordine, con el mismo
convencimiento, las despreciadas cuando afirma: “he hablado de ciencia
experimental; he hablado de matemáticas; pero lo que afirmo es igualmente
cierto con respecto a la música, el arte y cualquier expresión del ilimitado
espíritu humano. Ninguna de estas actividades necesita otra justificación que
el simple hecho de que sean satisfactorias para el alma individual que persigue
una vida más pura y elevada”.
Desde un punto de vista estrictamente didáctico, no debiera
hacer falta insistir en los motivos por los que la música es provechosa para la
formación de nuestros jóvenes, algo que ya se ha dicho aunque no se haya
querido escuchar, no debiera hacer falta reiterar que el aprendizaje musical mejora los resultados
académicos por el desarrollo de aspectos cognitivos, que es positivo para la
psicomotricidad, que mejora las aptitudes y actitudes en relación con los procesos
de aprendizaje al reforzar hábitos tan relevantes como la atención, la memoria o
la disciplina…Hace unos pocos días se hicieron públicos los buenos
resultados académicos, recogidos en el Informe 2014 sobre el Estado del Sistema
Educativo, de los 244 alumnos que
de institutos de Murcia y Cartagena, que compatibilizan los estudios de
Bachillerato con las enseñanzas oficiales del Conservatorio de Música. Los
resultados de los alumnos de este programa diseñado a medida hace dos años son
muy superiores a la media: el 87,1% de los estudiantes de 2º de Bachillerato
han superado todas las asignaturas y logran las mejores calificaciones en las
pruebas de acceso a la Universidad. En Secundaria, las calificaciones de los
alumnos de horarios integrados son también brillantes, con un amplio 95% que
pasan de curso.
Dicho todo lo anterior, pregunto al Sr Wert:
¿Exactamente de qué piensa que nos distraen la filosofía o las enseñanzas
artísticas? No es necesario que responda: nos distraen de lo que ustedes
consideran importante, nos alejan de la moral que quieren imponer (y no me
refiero a la religión, cuyos dogmas de fe son mucho menos nocivos que otros), de
sus obsesiones: la economicista (solo hay que aprender aquello que sirva para
encontrar un trabajo o promoverlo, para emprender, para impulsar la economía, para
generar beneficios inmediatos; hay que aprender a hacer); la tecnológica (hay
que desarrollar la competencia digital, acudir a la robótica, al software, al
móvil, hay que innovar -hay que consumir-); la emocional (dont,
worry be happy); la bilingüe (hay que aprender inglés either way)… pues así lo exigen los nuevos gurús: los economistas,
coaches, consultores, empresarios, terapeutas y demás “expertos”; y la
estadística (hay que enseñar lo que PISA -lo que la OCDE- decide que hay que
enseñar, aquello sobre lo que se nos va a evaluar y nos permitirá ascender en
el Hit Parade educativo).
Los antiguos
políticos hablaban incesantemente de costumbres y de virtud; Los nuestros sólo
hablan de comercio y de dinero.
Jean-Jacques Rousseau (1987). Discurso sobre las
ciencias y las artes.
Es preciso hacer cantar al mundo entero. La música es tan útil como el pan y el agua.
Heitor Villalobos.
Es preciso hacer cantar al mundo entero. La música es tan útil como el pan y el agua.
Heitor Villalobos.
El domingo 14 de Noviembre de 2010 el periódico ABC publicó (en su página 14), en la columna de opinión de Jon Juaristi (Proverbios morales) el texto titulado Universidades, en el que se puede leer:
ResponderEliminar"Los mejores científicos de los otros continentes y de Latinoamérica seguirán escapándose a Boston, Nueva York, Baltimore o San Diego (...) Las propuestas concretas de los conservadores británicos están definiendo un modelo posible para las universidades públicas del Reino Unido que podría aplicarse también a las de España, y que se basa en la prioridad de la instrucción respecto a la investigación, lo que podrá parecer una opción resignada, pero que es indudablemente realista"
La solución al problema de la financiación en la universidad pública: financiarla aun menos. Y de la docencia ya sabemos lo que piensan.
Vaya que si lo sabemos.
EliminarMira las puñaladas que, con cierta sutileza, desliza hoy el presidente de la AEB.
ResponderEliminarhttp://economia.elpais.com/economia/2015/03/05/actualidad/1425556960_856190.html
El desembarco de la banca en la enseñanza ya es, literalmente, un hecho.
No nos dejan ni tomar aire, Pablo...
EliminarToda mi solidaridad para ti, amigo Alberto, porque me siento capacitado para entender lo dificilísimo que te habrá resultado remangarte y tener que explicar la obviedad, la evidencia, que la enseñanza de la música, entre otras muchas cosas, es absolutamente necesaria e imprescindible en la formación del ser humano. Es profundamente injusto que un miserable ignorante en materia de enseñanza se burle de nosotros y nos obligue a tener que explicar cosas que cualquier ceporro callejero simplemente intuye. Te felicito por el artículo, pues demuestra muchas de las cosas que, si recuerdas, tenemos muy habladas en Congresos y Jornadas. Ánimo y a seguir en la brecha. (Por cierto, enhorabuena también por lo de la expresión "in flagranti delicto": seguro que al ínclito de nombre impronunciable le haría, cuando menos, dudar).
ResponderEliminarGracias, Manuel. En mi tierra es habitual el uso de la palabra "reblar", que significa "volver hacia atrás" o "detenerse ante un peligro u obstáculo". Hemos de intentar no reblar nunca, persistir aunque a veces cueste explicar lo que no debería ser necesario explicar.
EliminarEnhorabuena, Alberto. Me apunto el libro de Ordine, no tiene mala pinta. Cuida de la música y permíteme una advertencia: vigilad eso de la "musicoterapia", no vaya a ser que os reciclen...
ResponderEliminarGracias. El libro no termina. El fondo es muy acertado pero se queda a mitad de camino, en mi opinión. De todas formas, vale la pena leerlo. Sobre la musicoterapia tengo que hablar un día...
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