Ilusión.
(Del lat. illusĭo, -ōnis).
Han
pasado las elecciones, las situaciones de tensión, las discusiones agitadas (que
son las que obstaculizan el auténtico diálogo, la conversación profunda) y las fricciones ideológicas. Llegan días familiares, religiosos para unos, laicos para otros, pero propicios
para la confraternización y no para tanto para la batalla dialéctica o la resistencia educativa. Es momento de parar, dejar a un lado la política, recapacitar y tratar de reconocernos en los demás (es menester que el que vee la mota en el ojo ajeno, vea la viga en el
suyo, le dijo Sancho a Don Quijote).
Theodor
Zeldin cita en su delicioso libro "Los placeres ocultos de la vida" (Plataforma
Editorial. 2015) al multimillonario indio Ghanshyam Das Birla (1884-1983),
quien dijo: "(...) en la India le damos importancia a la amistad, nos
emocionamos cuando nos demuestran amor y simpatía, sentimos compasión. También
somos capaces de odiar intensamente, pero en general nuestro odio va dirigido a
sistemas y, si odiamos a una persona, se trata, a menudo, de alguien a quien no
conocemos... El contacto persona es revelador. Lo bueno que descubrimos en los
demás siempre supera a lo malo".
Hago
un parón en las publicaciones de este cuaderno virtual para disfrutar, a partir de mañana, de la
Navidad y recuperar algo de eso que de alguna forma vamos perdiendo en el día a día: la ilusión
inocente por saber si Clarence tendrá o no sus alas, la fe en los
demás (en los "otros", los distintos, no tanto en los "nuestros"), el propósito de contribuir a que el mundo sea un poco mejor (o, al menos,
no sea peor por culpa nuestra), la determinación por no desentendernos de las responsabilidades delegando en otros... el entusiasmo.
Con
este vídeo, grabado en el silencio de la noche de uno de estos días
pre-navideños, quiero desear a los lectores del blog del Profesor Atticus (y, claro está, también a los no seguidores) una
Feliz Navidad y un buen comienzo de Año. Quien entienda esta entrada como una
muestra de cursilería, tiene, faltaría más, todo el derecho a hacerlo. Pero, si
no fuera en estas fechas, ¿cuándo daríamos rienda suelta a la necesidad de
demostrar emotividad que todos, también los que rechazamos la afectividad de
saldo y el abuso sentimentaloide, tenemos?
Felices
Fiestas pues. Y que los Reyes
Magos, Olentzero o quien corresponda en cada caso,
sean generosos y os traigan aquello que más falta os haga. Hasta la
vuelta.
Sobre la ilusión, el Breve tratado de la ilusión, de Julián Marías (1984). Él dice que el significado de esa palabra es "un secreto de la lengua española". Feliz Navidad.
ResponderEliminarIgualmente, José Manuel. Feliz Navidad.
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