Jorge continúa su análisis de Contra la nueva educación, en su cuaderno. Habla del libro como de un texto apetitoso que incita a su consumición voraz por el calado de su empeño y que también resulta seductor por su estilo. Alberto, dice, escribe con buen gusto, sabe entretener sin desviarse del curso de la argumentación y combina la ironía, el buen humor, la descripción ágil, el recurso a los refranes, las citas populares y las apelaciones coloquiales y cómplices en sus valoraciones, con la precisión en el razonamiento que le sirve de apoyo: no se pierde en el juego de la facilidad y la soltura pese a la tentación. Y es especialmente persuasivo cuando su narración construye la ficción de un autor que se exaspera y recurre al sarcasmo, a la ironía afilada, para mostrar que el edificio aparentemente bien construido y sólido de esas "innovaciones" pedagógicas es, en realidad, una fachada de cartón-piedra tras la que sólo se ocultan escombros amontonados y pilas de objetos inservibles que se intentan hacer pasar por estancias cómodas, amuebladas y funcionales.
Solo espero que el hecho de que Jorge sea amigo no condicione lo amable que está siendo al valorar mi libro. Conociéndolo, no lo creo, pues es persona independiente y con criterio, por lo que me siento doblemente satisfecho y desde aquí se lo agradezco.
Hombre, amistad sí pero dentro de un orden;-) En serio. La amistad predispone, evidentemente, y también influye en la dedicación: uno emplea más esfuerzo en persuadir a los demás de las virtudes del texto que ha escrito un amigo. Pero si fuera malo de solemnidad no hay amistad que pudiera compensarlo y tu libro es, a mi entender, bueno: bien escrito, pertinente y razonable.
ResponderEliminarEstoy seguro. Que quede claro que he dicho que eres "persona
Eliminarindependiente y con criterio" :)
Gracias de nuevo. Un abrazo