Así se titula el panfleto que encontré el otro día en
mi buzón. Aderezado con los dibujos de una vela, una luna y una estrella, y en
color verde esperanza, contenía el siguiente texto:
Soluciona
todos los problemas en 72 h.
Especialista
en el retorno inmediato de la persona querida,
quitar
el mal de ojo y protección, cualquier problema
de
pareja, puede ayudar también en la salud,
los
concursos y a mejorar en el deporte, los negocios,
impotencia
sexual, problemas judiciales, familiares,
de
trabajo, exámenes, atracción de clientes para vendedores,
protección
contra todos los miedos, accidentes de la vida,
ayuda
a dejar el tabaco, alcohol, drogas de forma inmediata.
TRABAJO
SERIO, CON SEGURIDAD, GARANTÍA Y CONFIANZA
PAGAR
DESPUÉS DE RESULTADOS
Alguno podría pensar que esta sección, dedicada al
reverso tenebroso, está dando un giro inesperado y derivando hacia otro tipo de
supercherías no educativas. No es así. Vamos a seguir hablando de educación.
Pero, por si alguno todavía no se había enterado, vivimos tiempos oscuros, casi
medievales, en lo que un día se llamó "instrucción pública". La
superstición, el fetichismo, las creencias y el fraude se están adueñando de
nuestro sistema educativo y amenazan con hacer desaparecer el sentido común y la
razón.
Basta leer anuncios como el mencionado para
comprobar que guarda no pocas similitudes con algunos de los programas de
muchas administraciones educativas. Hablamos del Programa "Educación
Responsable" cuando nuestro Consejero acaba de firmar con el Sr
Botín un convenio para la puesta en marcha de "la cosa" y había
adjudicado el proyecto a seis centros. Hoy debemos volver a tratar el asunto porque
el Gobierno de Navarra acaba de hacer pública una nueva convocatoria de este
programa, convocatoria que firmaría el mismísimo Maestro Llakaria. Los nuevos
centros que se acojan al programa pagarán a la Fundación Botín cien euros (en
este caso, antes de conocer los resultados -parece, la verdad, más honesto el
Maestro Llakaria que, al menos, no cobra hasta saber si su propuesta funciona-),
algo que, si no ilegal, sí es dudosamente ético (qué delgada es la línea que
separa lo público y lo privado para nuestros políticos). Los gurús responsables de este negociete llamado "Educación
responsable" pretenden, dicen, "propiciar entre el profesorado, el
alumnado y las familias de los centros escolares navarros el fomento de la
inteligencia emocional, social, cognitiva, y la creatividad; ayudar a los niños
y jóvenes a conocerse y confiar en sí mismos, comprender a los demás, reconocer
y expresar emociones e ideas, desarrollar el autocontrol, aprender a tomar
decisiones responsables, valorar y cuidar su salud y mejorar sus habilidades
sociales; mejorar la comunicación y la convivencia en los centros escolares
navarros a partir del trabajo con docentes, alumnado y familias". Verán que
abarcan casi tantos y tan ambiciosos objetivos como el Maestro Llakaria y que el
modelo de pensamiento no es tan distinto: se trata, grosso modo, de dejar a un lado
el molesto aprendizaje de las distintas materias y apostar por la plena
felicidad y la realización personal en el mejor estilo de manual de autoayuda y
crecimiento personal y, muy importante, con la promesa de que todo se podrá
conseguir sin esfuerzo (deje de fumar en una sesión de hipnosis, adelgace en
dos semanas, aprenda inglés en un mes). Como Llakaria, el "medium
competente", la Fundación Botín solucionará todos tus problemas. No sabrás
un carajo, pero serás un ser creativo, empático, con una gran autoestima,
seguro de ti mismo, responsable, saludable, comunicativo y guay. Y solo por 100
euros. Eso sí, necesitarás algo más de las 72 horas y pagarás por adelantado así que, sinceramente, yo me decantaría por el Maestro Llakaria.
Joder Alberto, me encanta tu blog. Siempre das en el clavo, pero tú última entrada es de molde. Aprenda a tocar la guitarra como Williams o Sanlúcar, sin esfuerzo... jajaja. Diseñe y construya edificios como Wright o Buonarrotti por la cara y sin saber leer..... Un abrazo desde Barcelona
ResponderEliminarGracias, amigo anónimo. Una persona a la que admiro mucho me decía hace poco algo que refleja muy bien lo que está sucediendo. "Querido Alberto", me decía, "estamos viviendo unos tiempos idiotas". Mejor no se puede resumir.
EliminarYo me temo que, ya puestos, también me decantaría por el maestro Llakaria.
ResponderEliminarUn saludo.
Desde luego, desde luego. Entre Botín y Llakaria, no hay color.
EliminarUna de las palabras que más molan actualmente en la educación es “innovación”. Innovación frente a los métodos del siglo pasado que utilizamos la mayoría de los profesores y nos hace responsables del desastre educativo. En algunas tertulias se nos tacha de profesores con “metodologías decimonónicas”, y hasta se ha llegado a declarar públicamente que la única solución es “esperar a que se jubilen o se mueran” en referencia a los profesores no innovadores.
ResponderEliminarLa innovación y toda esa sarta de sandeces (la inteligencia emocional, social, cognitiva, y la creatividad; ayudar a los niños y jóvenes a conocerse y confiar en sí mismos, comprender a los demás, reconocer y expresar emociones e ideas, desarrollar el autocontrol, aprender a tomar decisiones responsables, valorar y cuidar su salud y mejorar sus habilidades sociales; mejorar la comunicación y la convivencia) siguen defendiendo el concepto de educación como lugar de socialización (la enorme guardería ESO) y abolir el estudio y conocimiento.
Conceptos pedagógicos como “todos aprendieron, todos disfrutaron” son el núcleo de nuestro sistema educativo actual.
A estos profetas yo los califico de vendedores de humo.
Otros conceptos como respeto al profesorado, estudiar y aprender sufriendo, dedicar horas al estudio, asumir que se aprenden ciertas cosillas tras años de esfuerzo, etc. han sido abolidos por las leyes educativas y las consecuencias las tenemos en nuestras clases diarias.
Sandeces que un neurólogo, por ejemplo, ni se molesta en rebatir.
EliminarY una cosa más: aprender cuesta esfuerzo pero no necesariamente debe suponer sufrimiento. Para que no se sufra aprendiendo, primero, hay que querer aprender y, segundo, hay que ejercitar los hábitos necesarios: atención, concentración, constancia...y cuando el esfuerzo va dando sus frutos, el disfrute llega.
EliminarVeo que no me comprendes Alberto cuando me refiero a aprender sufriendo. Cuando abordamos cualquier problema de cierta envergadura la primera reacción, en especial en nuestros jóvenes, es abandonar pues eso de echar una tarde entera para resolver un problemilla es duro, cabrea, sufres, bastante cuando no lo logras. Por supuesto que al obtener resultados con tu esfuerzo obtienes una satisfacción. De un artista como Paul Cézanne cuentan que cuando le salía mal uno de sus cuadros, o no le gustaba, lo destrozaba con un ataque de ira. A eso me refería con sufrir, a que hay que tener paciencia y saber que al principio casi todo sale mal.
EliminarMuchos de nuestros alumnos ante cualquier problema responden “a mí no se me dan las matemáticas o el inglés” luego no voy a esforzarme.
Sí, sí, si estoy de acuerdo. Era un matiz nada más, pero estamos de acuerdo. Yo me refería a que es solo un sufrimiento inicial, no un sufrimiento continuo o un calvario. Quería resaltar que aprender cuesta pero también satisface.
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