El curso llega a su fin. Ayer celebramos la asamblea general de asociados. Los asistentes estuvimos comentando lo ocurrido durante el curso y preparándonos para el próximo, que será, además, año electoral. Como siempre que nos juntamos los profesores de secundaria, la reunión derivó enseguida en una especie de terapia en la que cada uno aportó su visión, habitualmente poco optimista, de la realidad educativa y nuestras condiciones laborales. Será la llegada de las vacaciones pero, a pesar de las circunstancias, no pienso caer en el derrotismo. Hay que ser realistas, es cierto, pero debemos pensar que si nosotros no nos defendemos, nadie lo va a hacer. Nuestros principios siguen siendo tan válidos como antes, aunque cada vez suenen más extemporáneos (maldito zeitgeist en el que no tiene cabida nada de lo que no se obtenga un beneficio inmediato y cuantificable), y tenemos que estar alerta para, al menos, combatir algunas de los muchos disparates que nos están llegando y están por llegar. Hoy son los programas bilingües y mañana... quién sabe si nos convertiremos en generalistas (esto lo primero), educadores emocionales, coaches o algo peor.
Volviendo al plurilingüismo, la idea estrella y más innovadora de nuestros paletos dirigentes (todos ellos, de derechas, de izquierdas, de centro, nacionalistas ejpañoles y antiespañoles, todos tan obsesionados con el inglés como Cristiano Ronaldo o Aznar con sus abdominales), dentro de la permanente campaña de imagen cuya estrategia es la cutre y poco novedosa fórmula de meter la mierda bajo la alfombra, sigue siendo una de las mayores atrocidades que se han inventado nuestros expertos para dar la puntilla a este sistema que estafa sin pudor a nuestros alumnos y, por extensión, a la sociedad, y que resiste gracias al sobreesfuerzo y el compromiso de muchos (no todos) profesores. Pondré un ejemplo muy significativo, de los muchos que podría dar: en un instituto que no citaré, un profesor cuyo nombre tampoco diré, de una especialidad que no vale la pena especificar, que tiene la plaza con perfil de francés (aquí voy a ser indiscreto), utiliza como herramienta didáctica la conocida como "te pongo un vídeo y estás callado". Eso sí, en francés, idioma que en ningún momento emplea para impartir sus clases. La singular metodología se complementa con el añadido de una pregunta extra (la undécima) en francés a las otras diez preguntas de los exámenes que, por supuesto, tampoco se redactan ni deben contestarse en esta lengua. Esto es, y que nadie me lo discuta, ENSEÑANZA DE CALIDAD.
En fin, disfrutemos de las vacaciones mientras podamos, que en la Comunidad Valenciana los profesores ya trabajan en julio (menos mal que aquí tenemos los Sanfermines y eso es intocable).
Feliz verano.
Pues sí, querido amigo, he aquí una profesora que hoy ha tenido su claustro de fin de curso, se ha despedido de compañeros, y dentro de diez días tiene los exámenes de "septiembre". Trabajando gratis, por más que digan los sindicatos de siempre (tuve una agarrada fortísima con el de ANPE que se atrevió a ir a mi instituto pocos días antes de que cayera yo K.O.)
ResponderEliminarY hoy en el claustro, la directiva aterrada viendo como nos quitaban horas y cursos, y eso significaba desplazar o suprimir a dos profesores de destino definitivo.
¡Qué mala suerte que nuestras fiestas, que son móviles, suelen caer en marzo, y no tengamos sanfermines...
En tí pensaba, querida Hesperetusa...qué te voy a decir...
EliminarBien dices, amigo Alberto, cuando hablas de lo de echar la mierda bajo la alfombra... Cierto día un político se miró en el espejo (lo hacen constantemente) y dijo en voz alta: "tenemos tropecientos centros bilingües". Y ¡coño! se vió guapo y se sintió iluminado pensando en los miles de votos que los gilimemos españolitos le iban a dar con cargo a su pose, su retórica y su demagogia. De esos polvos vinieron estos lodos: los verdaderos especialistas en enseñar lenguas, los mismos que están acreditadísimos con el nivel más alto, muertos de asco viendo cómo otros con un simple B2 se pillan plazas cojonudas gracias a comisiones de servicio en secciones bilingües, o se entrenan en cursos de perfeccionamiento gratuitos en el mundo anglosajón a los que antes accedían los especialistas y ahora ya no. Muertos de miseria envueltos en un aura de sospecha como señalados culpables de un fracaso inventado para justificar un desquicie que nos llevará de nuevo a ser el hazmerreír de Europa. Cómo martillea mi cabeza una idea tan elemental como el respirar y tan contundente como una bofetada: ¿en qué condiciones aprendimos inglés los actuales profesores de inglés que estamos en la cincuentena (la mayoría, por cierto)? ¿Acaso (perdón) eran mejores que las que tienen hoy día nuestros alumnos a su disposición? ¿Por qué nosotros sí lo aprendimos bien y ellos no? Supongo que por el esfuerzo y el interés, pero claro eso ya no cuenta. Ahora lo importante es la innovación, y cuanto más estrafalaria y esperpéntica, mejor. Y en ese escenario los programas de bilingüismo encajan como guantes de seda. Mi claustro de fin de curso es el lunes. Llevo ya unas jornadas temblando y con pesadillas...
ResponderEliminar...y al final, el nivel de inglés es similar al que demostraba el Sr Marcos Mundstock (Les Luthiers) en el famoso "Encuentro en el restaurante", en el que terminaba diciendo: "como bien dicen en inglés: “Time is money”, “El tiempo es un maní”.".
EliminarAdemás está el agravante que cualquier asignatura "bilingüe" sea la que sea se convierte de facto en una maría, donde lo que importa es el continente, la lengua, que dudo que se dé bien, y el contenido de la misma pasa a segundo plano. Mucho inglés, pero poca física, química, matemáticas o historia...
ResponderEliminarReucerdo como tronaban las voces indignadas cuando a Camps se le ocurrió la genialidad de que se impartiera la Ciudadanía en inglés, y llega esto que es infinitamente peor y todos encantados. Pues no solo se ven guapos los políticos, sino las directivas, las AMPAS, los profesores colaboradores (los que antes criticaron ferozmente lo de Ciudadanía) los padres, etc. Además de la discriminación que supone para los alumnos capaces cuyos padres no han optado por el "plurilingüimo", que tienen que soportar estar en los peores grupos con los alumnos más gamberros e insoportables. Lo mismo nos pasa a los profesores.
Lo he dicho más de una vez: lo más barato que venga un nativo del mundo anglosajón a leer el libro de texto..., total, si los contenidos no importan.
Se me está amrgando el primer días de mis interrumpidas vacaciones.
Si la cosa no dejar de tener su coherencia. Si "da igual" lo que se enseñe, al menos que sea en inglés...
EliminarYa sabéis lo que pienso acerca del bilingüismo y las demás pildoritas con las que se embauca a la gente en la educación de hoy. En cuanto a "Summertime", esta versión me gusta mucho, a ver qué os parece:
ResponderEliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=1VkA8HoB5m8
¡Buen verano!
Buena versión, Sr Guachimán. Encajaría en una peli de Tarantino. Igualmente. A disfrutar, pese a todo.
EliminarO cantada por Raphael...
Eliminar¿Hay versión de Raphael? Qué barbaridad, qué versatilidad...bienvenido José Mari.
EliminarPor cierto, que esta mañana habrá una rueda de prensa para presentar el recurso conjunto de tres sindicatos contra un decreto foral que recoge este asunto de las plazas con perfil bilingüe. Al menos, que no se diga que no se ha intentado.
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