Golpea a tu profesor. De la pedagogía progre a la pedagogía gore
La penúltima muestra del poco prestigio que tiene la figura del docente en la actualidad la
proporciona el edificante juego titulado “Golpea a tu profesor”, disponible en internet.
Y gratis.
En este modélico pasatiempo virtual, que se
presenta con el dibujo de un profesor ensangrentado con un hacha delicadamente
incrustada en su cabeza, se muestran hasta diez maneras de agredir a un docente
(prenderle fuego o apuñalarle con un lápiz, entre otras) mientras suena The Entertainer, el ragtime de Scott
Joplin, muy apropiado para amenizar la definitiva transformación del antaño
reputado maestro (o tempora, o mores) en un animador que da la vida si hace
falta por el esparcimiento de esos seres puros, inocentes y necesitados de
llenar su tiempo con algo: los Niños. ¿Y qué problema hay en que se diviertan?
Ninguno. Como decían Faemino y Cansado al público de sus espectáculos, “es
mejor estar aquí que delinquiendo”.
Y es que, queridos amigos, la pedagogía progre
ha quedado obsoleta. El paternalismo, el buenrrollismo y el igualitarismo ya no
se llevan. Olvídense del Sr Keating y su Carpe Diem y acudan a Raimi y Jackson en
sus tiempos más “gamberros”. Lo que mola ahora es cubrir de sangre al profesor
para regocijo del desmotivadísimo (pooobre) adolescente. Homenajeando a la mítica
“Bad Taste”, se trata
de almacenar toda la sensibilidad que sea posible y descargarla contra el P (la
P es de pringao, no de profesor), acumulando más o menos puntos según le cortes
la corbata o le rebanes el cuello (¡por fin meritocracia!), fumigándolo con un
insecticida o ahorcándolo. Pero también se le puede golpear con una silla, con
un termo, con un bote de cristal lleno de avispas o ahorrarle el sufrimiento
(la famosa empatía) arrojándolo por la ventana.
No crean que, como algunos se han apresurado a
exigir, estoy pidiendo la retirada del jueguecito de marras, no. Lo de menos,
lo digo en serio, es el juego. Lo grave es que este juego existe porque a
alguien no le ha parecido inmoral. Voy mucho más lejos del sentimiento de
pesadumbre que me invade cuando conozco la existencia del videojuego. Querría
saber en qué momento hemos dejado de entender que la libertad de expresión es
al mismo tiempo una gran responsabilidad. No quiero, de verdad que no, que el
juego se censure. Querría que se reflexionara sobre el caldo de cultivo que
lleva a alguien a idear un argumento tan entrañable: "¡Usa elementos en el aula para matar a tu
profesor!”, anuncia una página web. “Este juego de tensión”, prosigue, “tiene
mucha violencia brutal, gráfica. El objetivo es usar elementos comunes como
armas mortales. ¡Puedes causar daño fatal con libros del aula, una grapadora,
un paraguas, y otros elementos comunes!". Lo que pretendo es que
recapacitemos si es normal (no es la palabra más adecuada, seguro, pero no se
me ocurre otra) que cuando se habla de algo tan trascendente como la educación
sea en términos imbéciles o descabellados, desde la sobreprotección del menor y
el desprecio al maestro o desde la absoluta falta de cordura y casi la
incitación a la relación de actos de dudoso mérito. Woody Allen decía del
asesinato en serie que es “un estilo de vida alternativo”. Pero es un cómico.
Y esto tiene poca gracia.
En definitiva, no estoy estableciendo una relación causa-efecto entre este tipo de
disparates y las situaciones de total indefensión que a menudo experimenta el
profesor. Ni siquiera lo vinculo con la habitual dificultad (a veces imposibilidad) que cualquier maestro tiene a la hora de
impartir sus clases en un clima apropiado para el ejercicio de su labor. Mucho menos los hago responsables de los lamentables "hechos aislados"
que se vienen produciendo en los últimos tiempos, pero es innegable que: primero, ocurrencias como “Golpea a tu profesor” no ayudan precisamente a
mejorar las cosas ("donde no hay ganancia, todo son pérdidas", dice el refrán); segundo, reflejan una desconsideración
preocupante hacia el docente; y tercero: minan la moral del profesor.
Sí,
señores psicólogos, los profesores también necesitamos motivación, empatía y reconocimiento.
No voy a darle click a los enlaces, me fío de tus palabras profesor Atticus, lo demás ya lo veo día a día.
ResponderEliminarHaces bien, Hesperetusa. No vale la pena hacer click cuando uno sabe perfectamente lo que va a encontrar.
EliminarYo no soy partidario de censuras, pero sí de la denuncia penal y civil contra quien haya puesto eso. O quien lo difunda. Ya esta bien.
ResponderEliminar(Vamos, quien le ría las gracias a ese asunto, me refiero.)
ResponderEliminarSí, Martín, el asunto es grave. Quizás no he estado muy acertado al enfocarlo. Espero que no haya parecido que le quito importancia. Un saludo.
EliminarLo que clama al cielo es que desde algún sindicato se exija que retiren y pidan disculpas los del videojuego, en vez de personarse directamente y denunciar en nombre de los afiliados que les mantienen. De disculpas nada, que respondan legalmente por apología de la violencia e incitación al odio. Menos paños calientes.
EliminarPues es verdad.
EliminarTuve noticia de este "juego" por un comunicado de ANPE que solicitaba su retirada e inmediatamente después vi que los medios de comunicación se hacían eco del asunto. Yo sí hice "click", lo busqué para verlo y lo encontré comentado por un subnormal hijo de puta (entenderé que borres este comentario; si no lo haces, asumo toda la responsabilidad de mis palabras) que se hace llamar Fernanfloo y que lo adornaba con comentarios, consejos y observaciones que él considera humor y a mí me parecen de auténtico juzgado. Casi 4'8 millones de visitas, y la proyección termina con publicidad que el tal Fernanfloo hace de su negocio en Internet. ¿Estas cosas son legales? Pues nada, le agradeceremos a don Fernanfloo sus hilarantes incitaciones al asesinato. Aquí tenéis el enlace, por si fuera constitutivo de responsabilidades legales, pero, os lo advierto, mirad el vídeo con temple:
ResponderEliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=fFDmjXAz3N8
Gracias por tu artículo, Alberto, está tan bien como siempre y me ahorras el que pensaba hacer yo.
Aquí no se borra nada, Pablo. Gracias a ti por el comentario.
EliminarGracias a ti, Alberto. Por cierto: debemos congratularnos de que ANPE sí ha presentado denuncia contra varias páginas ante el Fiscal General del Estado:
ResponderEliminarhttp://www.anpe-madrid.com/uploads/DENUNCIA%20DEL%20VIDEOJUEGO%20ANTE%20EL%20FISCAL%20GENERAL%20DEL%20ESTADO_1434033400.pdf
Pues nos congratulamos.
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