La Fundación Troa es una institución sin ánimo de lucro nacida en 2002 con el fin de fomentar la lectura de libros de calidad y desarrollar acciones y actividades de todo tipo en torno al libro. La iniciativa surgió promovida por TROA Librerías, una empresa que nació en 1951 con la filosofía y el convencimiento de que las lecturas bien seleccionadas, adecuadas a la comprensión lectora, al nivel cultural, a los propios gustos e intereses reportan excelentes beneficios a la persona. Y en consecuencia, TROA hizo de la labor de selección, valoración y asesoramiento de libros uno de sus rasgos diferenciadores, constituyendo el Departamento de Estudios Bibliográficos el pilar básico de su actividad fundacional.
Recientemente, Troa recomendó Contra la nueva educación, situó el libro entre los más vendidos y le dedicó la siguiente reseña:
“Hoy
un docente puede ser vilipendiado si critica los postulados de las trending
topics educativas (corrientes pedagógicas de moda), si cuestiona la educación emocional
en la enseñanza, si reivindica el conocimiento como un valor en sí mismo o si
habla de disciplina, esfuerzo, mérito o autoridad.”
Hablar de lo inmediato, lo cómodo y lo atractivo es más sugerente que recurrir
a conceptos, los denostados conceptos como tales, como el “esfuerzo”, la
constancia o la dificultad. Por eso triunfa la “educación fast food” y la
“felicidad low cost”.
Por eso se queja y se revela Alberto Royo Contra
la nueva educación: “Ya no importa que no sepan. Lo que importa
es que se encuentren cómodos, a gusto, emocionalmente estables, confortables en
la apacible ignorancia. Hemos sustituído el conocimiento por la felicidad”.
Contra la nueva educación
es, en expresión de Alberto Royo –su autor-, “un acto de legítima defensa
porque se opone a la novedad si es dañina, y defiende la tradición cuando es
valiosa”.
Podrá preguntarse el lector ¿Cómo puede atreverse alguien hoy a tachar de
dañina la innovación educativa? Pues Alberto Royo se atreve; y se atreve a
hacerlo de forma provocativa, con un lenguaje que se identifica con la realidad
a la que se enfrenta, irónico, mordaz, quizá escandalizador, si se quiere, pero
certero y autorizado.
Su prologuista, Antonio Muñoz Molina, descubre en el libro arrojo,
convicción, sentido de responsabilidad, y un gran gusto por vivir, alimentado,
no de la beatitud de la ignorancia, sino del gran tesoro del conocimiento
humano.
Según Royo, “los principales dogmas postmodernos han anidado en diferentes
variedades de parásitos peligrosos”. Uno a uno nos va presentando los más
letales: “El Plasmodium Falciparum” -o totalitarismo innovador de la tecnología
y la creatividad inoculadas, “la Trichinela Spiralis” -o fetichismo
plurilingüe-, “la Taenia Solium” –o tiranía de las emociones, con su innovador
profesional al frente, el microparásito por excelencia...
“Innovar no puede consistir en borrar la tradición, sino precisamente en
conocerla a fondo para, una vez dominada, poderla trascender y aportar
entonces, sí, novedades que supongan una mejora o una evolución, un salto
creativo.
Royo desviste mitos, asiste a la pasarela de la fashion week pedagógica que nos
invade, según él,-y quizá tendrá razón-, afina su puntería, se pertrecha de
buenos argumentos y de muchas horas de vuelo en las aulas de música de ESO en
el Instituto, y se lanza a la lucha cuerpo a cuerpo con las celebridades del
género psicoeducativo.
El lector que es o ha sido profesor de cualquier nivel educativo se sentirá
identificado, animado, reconocido, reconfortado. “Los profesores, seguimos
asistiendo como en un partido de tenis, a los disparates de unos y otros, a las
apariciones de expertos educativos día sí, día también, acusándonos de
trasnochados y exigiendo innovación, alegría, jolgorio, motivación, etc. y los
alumnos, apaciblemente adocenados, inconscientes en el aborregamiento infantil
hasta que la vida los haga madurar de golpe (y porrazo)”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario