En este espacio iré plasmando mis reflexiones (y, a veces, reflexiones de otros) sobre cómo creo que debería ser y no es la enseñanza pública, extendiéndolas de cuando en cuando a temas adyacentes o relacionados con la
política. No en vano, en la antigua Grecia, la
política era asunto de todos los ciudadanos y, de hecho, los griegos llamaban a
estos temas “politikoí” en oposición a aquellos intereses particulares o
privados de los ciudadanos llamados “idiotikós”; de ahí que a quienes no se
preocupaban de los temas concernientes a la “pólis”, esto es, los asuntos
públicos, se les llamara “idiotes” o “ciudadanos privados” y,
siglos más tarde, “idiotas”. El título de este cuaderno virtual
está inspirado por un personaje, Atticus Finch, cuyos valores de hombre
tolerante, justo, recto, honrado y valiente, que hace lo que debe para ser fiel
a sus convicciones, representan algo en lo que uno, pese a todo, sigue
creyendo.
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