martes, 1 de marzo de 2016

Contra la nueva educación en Vora la platja

Lo mejor de tener buenos amigos es que hacen causa común contigo. El gesto es más apreciable cuando procede de personas que se pronuncian con total libertad, sin que la amistad condicione su valoración, lo que sí ocurre con quienes te defienden de forma incondicional sin más justificación que la estima personal. En el caso de Xavier presumo de contar con su aprecio personal y también con el "profesional", lo que no quita para que discrepe respetuosamente conmigo cuando se constata una diferencia de criterio entre nosotros, que de vez en cuando también sucede. No parece ser este el caso y me parece fantástico que comparta conmigo lo que defiendo en mi libro y sobre todo, pues no entra aún a analizar Contra la nueva educación, el pasmo que me producen reacciones previsibles pero airadas hasta un punto de agresividad que sobrepasa lo razonable y que procede muchas veces de gentes partidarias del happy flower pedagógico, la empatía y la felicidad en frasco grande o pequeño. Consejos vendo que para mí no tengo. La cosa es que Xavier dedica la última entrada de su blog a hacer crítica racional de la crítica irracional, lo cual tiene su mérito. Y de paso alaba el controvertido título de mi libro mediante una brillante comparación entre la astronomía y la astrología. ¿Qué más se puede pedir? 

Aquí, el artículo A favor de Contra la nueva educación.




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